lunes, 13 de diciembre de 2010

MOMENTOS

MOMENTOS
Una mirada...
A tus ojos, al sol
Que se oculta como una lumbre lejana.
A ese mar,
Inmenso, inacabable e incógnito.

Al niño,
Ilusión e inocencia en el carrusel,
Mientras el padre, embobado,
le mira.
A la tierra,
Dura y seca,
Pero amiga,
Que observa imperturbable
El paso del tiempo.
Un olor...
A jazmín,
Suave, dulce y sensual.
A hierba recién cortada,
Fresco, despierto, el aroma.
A sal marina,
a arena
Que arrastran las olas
Y llegan a playas
Siempre acogedoras.
Al café
Que te espera en la mañana,
Tras el duro golpe del despertador.



Un sonido...
El de una palabra de amor,
El primer papá o mamá del niño,
Un gorrión que vuela y canta
Siempre libre...
El ir y venir en el mar del agua.
Tu risa...

Un sentir,
o mejor, acariciar...
El pétalo de una flor,
Tu mano imantada a la mía,
Una brisa suave que roza mi cara,
El sol iluminando mi cuerpo,
Un abrazo y un beso compartido.

Un sabor...
El agua, fresca, necesaria,
Tremendamente agua, única ella.
Con estos sentidos
Disfruto la vida.
Vivir se agradece
Si en cualquier instante
La chispa se enciende
Con estos momentos
Y la felicidad
Se asoma corriendo.




MAVI



NUESTRO CUENTO SOLIDARIO


EL PUZZLE


Yo soy un simple puzzle. Sólo un puzle, nada más. Pero, juntando mis pocas piezas, unos niños hicieron realidad esta maravillosa historia:

1º Pieza: LA QUE LO ORGANIZA TODO.
Aurora tiene once años. Vive en Valdesonrisas, un pueblo medio grande, medio pequeño, medio bonito… ¡bueno, bonito del todo!
Vive bien. Tiene comida y agua de sobra, muchísimos juguetes, familia, educación y amigos.
Le preocupa que a otros niños les falten las cosas que a ella le sobra. Su sueño es ayudarles.
También sueña con ser escritora. Ya ha leído cerca de un millón de libros y está creando su propio libro con frases que inventa o encuentra.

2ª Pieza: LA PANDILLA DEL ÁRBOL.
Tiene los mejores amigos que podría desear. Juntos han pasado la varicela, han hecho una casa en el árbol, han conseguido novio a la profe y tienen tres records Guinness: la cadena de envoltorios de chicles más grande del mundo, la colección más grande de Pet Shops y la web más sosa del mundo.
En su casa del árbol huele a madera y a ambientador barato. Tiene un aire a antiguo. Allí conservan sus premios, dibujos y algunas viejas fotos. Y allí también me tenían a mí, al lado de otros juguetes que se les habían quedado pequeños.

3ª Pieza: NOS PONEMOS EN MARCHA.
Mis piezas conformaban la imagen de unos niños alegres, de distintas razas, jugando con juguetes. Yo- lo digo con humildad- era un puzzle universal y feliz.
Aurora se fijó en mí un momento. Le recordé un cartel que había en el colegio solicitando la colaboración para recaudar fondos en ayuda de los niños de Haití. Querían llevarles juguetes.
La pandilla del árbol reunida en “solemne asamblea” decidió actuar:
-Haremos un Mercadillo con pulseras, libros y todo lo que valga- dijo Jia- Rong, la más oriental del grupo.
-Con mi equipo de fútbol podemos organizar un partido benéfico- añadió Ismael, el pelirrojo- Y yo puedo aportar mi camiseta de la selección española.
Y así, todos colaboraron y vendieron todo lo que llevaron al mercadillo.
Pero a mí no me vendieron. Yo viajé en la maleta de mi querida Aurora hasta Haití.

4ª Pieza: AL FINAL, LA ESPERANZA.
Metidos en cajas viajaron otros muchos juguetes: balones, peonzas, muñecos, cochecitos, triciclos…todos nuevos y con un destino lejano.
Por fin, llegamos a un pueblecito llamado Esperanza. Allí quedaba todo por hacer.
-“Entre todos podremos”- dijeron, uniendo sus manos, los miembros de la pandilla del árbol.
Bajaron los juguetes del autobús y los llevaron a la Ludoteca del pueblo, un lugar de encuentro e ilusión.

5ª Pieza: SONRISAS Y JUEGOS.
Los niños de Haití recibieron con alegría los juguetes. Ismael les lanzó un balón y enseguida encontró un numeroso equipo para jugar.
Los envoltorios de los juguetes volaban y los niños pasaron de la emocionada sorpresa a la risa nerviosa.
Aurora fijó su atención en una pequeñita que abría mucho los ojos y sonreía, sin atreverse a coger ningún juguete.
-Elige el juguete que prefieras- le pidió Aurora.
Yo llevaba un rato sintiendo su enorme mirada sobre mí. Y lo presentía.
-Éste-dijo.
Y éste, era yo.

6ª Pieza: AMIGOS PARA SIEMPRE.
Me cogió con cuidado y con gran facilidad encajó mis piezas. Luego, sonrió, mirando a Aurora.
-¡Qué fácil te ha resultado!-exclamó la chica, y añadió:
-A nosotros nos ha costado mucho más llegar hasta aquí y ver el puzzle convertido en realidad. Nuestra vida es como un puzzle de muchas piezas: algunas no encajan donde queremos, pero si nos esforzamos por mejorar las cosas encontraremos dónde encajarlas.
Esta frase seguro que la escribe en su libro. Porque es muy importante lo que dice.
Luego, los chicos hicieron volar una vieja cometa que trajo Jia-Rong, con la frase “Amigos para siempre”. Y tras unas horas de juegos, se despidieron de sus amigos.
Y yo me quedé feliz en manos de la pequeñita con la mirada más grande del mundo.





FIN

viernes, 5 de noviembre de 2010

!!QUE ME ESTA PASANDO!!

Los cambios fisiologicos en la mujer y en el hombre al llegar a la pubertad ...no os lo perdais interesante...


www.Tu.tv

lunes, 31 de mayo de 2010

cinco maravillosos días de Ecomar




Todo era azul en San Juan, aunque el color lo ponían los niños con su alegría de arco iris.
No había mar. Este año, no. La crisis nos mandó al pantano, cerca de nuestro pueblo , pero conseguimos el premio, el estupendo premio de disfrutar de la aventura de navegar, compartiendo la experiencia con los demás chicos de la clase. Aunque echamos de menos a los que no vinieron, pero ya tendremos otra oportunidad de pasarlo bien juntos.
La Biodiversidad dio mucho juego. Ganamos el premio y nos costó. Cada uno tuvo que hacer su parte, pero era un proyecto interesante y muy ecológico y aunque el esfuerzo nos cansa, hemos comprobado una vez más que merece la pena.
Y fue genial. Nos acompañó el sol, unos monitores estupendos, una comida rica
y las ganas de pasarlo genial. Espero que cuando seais mayores, os acordéis todavía de esta experiencia, porque puede ser un bonito recuerdo de la etapa del colegio. Yo me sentí muy feliz de veros disfrutar en el agua. Sois unos chavales deportistas, ágiles, alegres y un poco despistados algunos.
Ahora tenemos todos que tener un nuevo objetivo. Adivinarlo: empieza por "escribir", acaba en "Ortografía" y en medio va "sin faltas de".
¿Está claro? ¿no?, pues ponerle empeño empezando por este verano.
Y disfrutar también de las vacaciones que vienen, que seguro que lo pasaréis genial.
Y muchas gracias a Ecomar.

domingo, 7 de marzo de 2010

Super Aitor

Érase una vez una familia numerosa a la que se iba a añadir pronto un nuevo miembro.
Y este nuevo miembro seré yo. Aquí me tenéis:

Todavía soy pequeñito y necesito desarrollarme en la barriguita de mi mamá que me mima y me cuida. Está llena de ilusión y contenta con mi llegada, pero la siento un poco preocupada. ¿Será por el momento del parto? Queda poco tiempo para mi nacimiento y ella esta bastante gordita y un poco cansada.
Mi padre ayuda en lo que puede a mamá y seguro que va a ser la primera cara que vea al nacer. ¡Es un figura! Juega mucho con mis hermanos y sabe un montón de informática. Y además es un especialista en dar besos. Por el momento a mí me da suaves golpecitos a través de la barriguita de mamá.
Y yo le respondo con patadones, para que sepa que me gusta el fútbol.
¡Somos los dos muy juguetones!
Ya me imagino jugando con el balón con papá...


Creo que me llamarán “Aitor”. ¡Vaya ocurrencia! Las culpables fueron las gemelas porque están un poco celosas y me quieren fastidiar. ¡Claro! Ellas eran las “estrellas” de la familia. Siempre son el centro de atención porque son igualitas y eso le resulta divertido a todo el mundo. Y además son las pequeñas… por ahora. Hasta que llegue el nuevo rey de la casa: “SÚPER AITOR”.


Pero ellas se están preparando para mi llegada y practican con sus muñecos cómo me darán el biberón, la hora del baño… A mí que me tengan limpito y que me cambien los pañales. (Seguro que de eso no quieren ser las encargadas) Bueno, pues que me entretengan con sus juegos y me den cariñitos, que eso nos encanta a los bebés.
Mi hermano Roberto soñaba con mi llegada, quería un compañero de habitación y tenía un montón de juguetes para compartir conmigo. Aunque últimamente debía estudiar mucho y jugaba menos. Le costaba concentrase y mis padres tenían que ayudarle mucho. Yo sé que tendré que ser un bebé dormilón y poco llorón, porque no le quiero molestar. Está haciendo un esfuerzo por mejorar y yo debo estar a su lado apoyándole.
Bueno, ya os he hablado de mis padres y hermanos, pero hay otros familiares muy especiales con los que me llevaré muy bien.
Mi abuelo Basilio pasa temporadas en casa y sabe muchísimo sobre la naturaleza, sobre todo de animales. Imita muy bien sus sonidos. Me río mucho cuando lo hace. Y tiene una casa en el pueblo donde cría gallinas y conejos. Cuando sea mayor seré como él y tendré mi propia granja.
Mi abuela Valentina es la que me hace la ropa. Pasa muchas horas tejiendo, aunque, la pobre, cada vez ve menos. Pero yo voy a estar “guapetón” gracias a ella. Y no sé cómo, pero siento que mi llegada al mundo la va a hacer muy, muy feliz. Podrá ayudar otra vez a su niña, mi mamá.
Mi padre me mira tembloroso y con ojos como platos. Acabo de nacer. Mi madre me acerca a su pecho emocionada. Me viene bien el cariño después del azote que me llevé nada más ver la luz.
Me espera el resto de mi familia en casa. Soy un pequeñito que se hará grande y fuerte con la ayuda de todos. Apenas les veo, pero les escucho repetir la palabra guapo. Pruebo el manjar que me ofrece el pecho de mi mamá. Sonrío y me siento bien.

fin
Cuento creado por la clase de 5º A en Febrero de 2010


La fiesta del viento
¡Ahí voy ¡ Me presento volando.
¿Y cómo no? Si soy una cometa.
Os contaré una historia que sucedió en dos pueblos: Tarifa en España y Ksar Seguir, en Marruecos.
Estos pueblos vecinos compartían el inmenso mar y el azote del mismo viento. Pero tenían vidas muy distintas.
Yo, que he volado a un lado y al otro del estrecho, conozco bien la historia de amistad entre unos niños a los que una sencilla cometa como yo, unió para siempre.

Alex, mi creador, era un niño imaginativo que disfrutaba inventando historias de piratas o de caballeros y princesas, que habitaban el cercano castillo; observando con prismáticos la costa, buscando delfines e imaginando qué habría al otro lado de la orilla...
Pero lo que más le gustaba era inventar y crear cometas. Siempre que podía se iba a la orilla del mar y sacaba sus cometas a volar.

Un día dibujó una cometa con dos manos unidas de diferentes razas.
Sí, lo habéis adivinado, esa era yo. ¿A que soy bonita?
Una mañana bajó a la playa, pensando en mandarme a tomar viento- en el mejor sentido de la palabra-. Le acompañaban sus amigos Pablo Lagartijo y Laura, unos veraneantes madrileños que se estrenaban volando una cometa. Los niños no conseguían levantarme del suelo, hasta que una ráfaga fuerte del viento me empujó violentamente y ascendí. Pero los chicos se disputaban el mando de la cometa y unos por otros... me dejaron sola, volando sobre el impresionante estrecho.

Pasé varias horas, como loca, sin parar, hasta que amainó el viento, cuando volaba sobre el pueblecito marroquí. Allí me esperaban unos niños morenos y flacos como los espaguetis, que se lanzaron alegres sobre mí. Comentaban felices, que les parecí una estrella que iba hacia ellos y que cuando se acercaron comprobaron que era una cometa herida por la fuerza del viento.

La mayor del grupo, Fátima- que llevaba siempre a su hermanito Omar al lado- se hizo cargo de mí. Cuando le preguntaban cómo me encontró, siempre contestaba: “llegó del cielo a mis manos”.
Y realmente así llegué, como un mágico regalo.
Fátima y sus amigos me hicieron adornos con mensajes de amistad y diseñaron otras cometas con materiales sencillos para jugar todos. Carecían de muchas cosas, pero les sobraba entusiasmo y energía.
Pronto volví a volar llevado de otras manos llenas de ilusión. Pero mi destino era ir de acá para allá y a los pocos días me dejaron volar con mis amigos de Tarifa.

De golpe y porrazo- nunca mejor dicho- volví con Alex y sus amigos, que me recibieron emocionados. Enseguida leyeron los mensajes de Fátima y se sintieron afortunados por tener amigos nuevos.
Y seguí mi trabajo de paloma mensajera, con mensajes nuevos de amistad. Hablaban de sus juegos, de sus fiestas, de sus ilusiones por estar juntos jugando...
Los chicos aprendieron muchas cosas, unos de otros. Fátima era una verdadera artista y escribía frases muy bellas. . Alex era el mejor ingeniero de cometas que había, ¡y tenía tanta fantasía!

¡Estaban tan cerca...! Sólo les separaban unos kilómetros.

Y sucedió.
Sí. Lo que estáis esperando: el encuentro.
Ocurrió en el día de Reyes. La magia de ese día consiguió que los niños de ambas orillas se reunieran para jugar con el viento. Fue una fiesta, la gran fiesta del viento, donde las alegres cometas unimos los corazones de unos niños que compartieron ilusiones y sueños por encima de las distancias y las fronteras.

Yo, que sólo soy una cometa, me pregunto:
“Si todos pusiéramos nuestro granito de arena, aportando un poquito de cada cosa, no habría tanta diferencia y los niños tendrían siempre una sonrisa en la cara.
¿No creéis?”

FIN
Este cuento fue creado por la clase de 5ºA en diciembre de 2009.